EL CELULAR TE CAMBIÓ
Desde que no eres la misma
es una horrible condena
porque parece que duermo
con una mujer ajena.
En el día no te veo
porque estoy en el trabajo
y aunque te parezca extraño
allí sí que me relajo.
El problema es cuando vuelvo
entusiasmado al hogar
porque todo el entusiasmo
me lo quita el celular.
Cada vez que vuelvo a casa
te saludo y no contestas;
con el celular conversas,
con el celular te acuestas.
Luis Bárcena Giménez
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