TUVE LA LUNA
Tuve la luna en mis manos sangrantes
tuve el viento, las estrellas y la noche,
tuve de todo, también el reproche,
reproche que se hacen siempre los amantes.
No tuve senderos de genuinos caminantes
tampoco el acierto para saber que anoche
mientras te esperaba hacías derroche
de tus amoríos en lares distantes.
Se me cayó la luna, escapó el viento,
todas las estrellas a su firmamento,
quedó tu reproche ¡mordaz aspaviento!
Voy por los senderos y por los aciertos
cargando derroches, tus derroches muertos,
sangrantes mis manos y mi pensamiento.
Luis Bárcena Giménez
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