CUANDO LA TARDE SE PIERDE
Cuando la tarde se pierde
y el sol se encuentra vencido
a mí con cada latido
¡ay! el corazón me muerde.
Él hace que yo recuerde
cuando vivíamos juntos
que aunque hicimos contrapuntos
de pasión, cual dos maestros,
sin amor murieron nuestros
libidinosos asuntos.
Ahora nuestra condición
no sé si será mejor
porque tenemos amor,
mas no tenemos pasión.
Tú tienes otro varón
y yo tengo otra mujer,
y ambos nos podemos ver
“felizmente bien casados”
con otros enamorados
que no saben dar placer.
Luis Bárcena Giménez
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