PERDÍ LA CALMA
Llevo en la sangre un canto
una afinación de penas
penas que son las condenas
que van hacia el camposanto.
Llevo en mi faz la sonrisa
sonrisa que sabe amarga
porque la tristeza es larga
aun cuando marcho de prisa.
La vida me trae sus cosas
como las suele traer
si yo volviera a nacer
serían más horrorosas.
No es una queja del alma
porque hace tiempo murió
si el cuerpo no sucumbió
en cambio perdió la calma.
Luis Bárcena Giménez
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