CON ÍMPETU NOS AMAMOS
Cada vez que el deseo
me acalora la piel
me desplazo raudamente
a la casa de Raquel.
Raquel, siempre está dispuesta
a besarme con pasión
porque es amante de lujo
y sabe su profesión.
Lentamente se desnuda
y me desnuda también
y desnudos, ella es Eva
y yo Adán en el edén.
Con ímpetu nos amamos
y conocemos la gloria
y al igual que Eva y Adán
escribimos nuestra historia.
Luis Bárcena Giménez
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