A LAS TRES DE LA MAÑANA
A las tres de la mañana
yo sé que no estás dormida,
yo sé que estás galopando
con tu pasión encendida.
A las tres de la mañana
gimes, muerdes y acaricias
y a mí me llegan los ecos
de tus sensuales primicias.
A las tres de la mañana
en la cama de tu amante
con tu lascivia ardorosa
te comportas desafiante.
A las tres de la mañana
yo sé que no estás dormida
porque a esa hora estás
con Eros comprometida.
Luis Bárcena Giménez
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