YA NO TE VUELVO A TOCAR
Las sábanas están sucias
y huelen a otro varón
que solo encuentra en tu cuerpo
un objeto de pasión.
En esa cama revuelta
y de sudor impregnada
ya no te vuelvo a tocar
porque te encuentras manchada.
La cama que siempre fue
nuestra testigo más fiel
desordenada semeja
la cama de un triste hotel.
El dormitorio que fue
un espacio de respeto
ha quedado sin honor,
ha quedado sin secreto.
Luis Bárcena Giménez
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