YO NO PUEDO ABANDONARTE
Con gran emotividad
te marchaste con tu idilio
y a toda velocidad
viniste a pedir auxilio.
Escapaste de tu hogar
esta fría madrugada,
¡qué te voy a reprochar
si veo que estás golpeada!
Estás temblando de frío
y estás temblando de miedo
y es cierto, cariño mío,
que abandonarte no puedo.
Yo te propongo empezar
una vida más amena
porque en mi alma hay lugar
para tu dicha y tu pena.
Luis Bárcena Giménez
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.