LA VENGANZA DE MI ESPOSA
Reconozco que le di
a Raquel una sonrisa
cuando salía de misa
y pasó cerca de mí.
Y quién se imaginaría
que una situación odiosa
me haría vivir mi esposa
por mostrar mi cortesía.
En la casa, en la alameda,
en el parque, en la glorieta
y en la nueva plazoleta
con sarcasmo me remeda.
Ya estoy harto de su mueca
porque de forma constante
me la hace en el restaurante
también en la discoteca.
Luis Bárcena Giménez
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