NO SABÍA
No sabía que me estabas ocultando
un amor que era de otro y no lo creo
porque arraigaste en mí un gran deseo
que se me hizo costumbre estar pecando.
No sabía que me estabas condenando
aun cuando en tus ojos negros leo
que eres casada y te da igual por lo que veo
que yo por ti me la pase suspirando.
No sabía que al mirar a tu ventana
iba a encontrar a la musa de mis sueños,
iba a vérmelas con el pecado y la virtud.
No sabía que empezaba un mañana
en una vorágine de adulterios halagüeños
donde tú y yo gozamos a plenitud.
© 2000 Luis Bárcena Giménez
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