YERMO
Madre, levó anclas como marinera de los mares,
zarpó del puerto a otro puerto y a otro puerto,
mientras yo la esperaba en el malecón desierto
la luna me traía sufrimientos preliminares.
Se fue con la marea que baña remotos lares,
y yo mirando el faro de luz con el corazón abierto
sentí en el frío de la brisa marina la frase: «cierto
se fue con el viento que sacude los palmares».
Madre, por la orilla de la playa la noche entera he caminado,
la luna en cuarto creciente pareció una carcajada
en medio de nubarrones que había en el cielo enfermo.
Se fue la musa y vida de mi mejor sueño soñado,
doblan las campanas, se enturbia la mirada,
y en el horizonte distinguirla es un esfuerzo yermo.
© 2000 Luis Bárcena Giménez
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